Esfuerzo adaptativo que realiza el individuo para hacer frente a las demandas del entorno que es evaluado por éste como amenazante o desbordante de sus recursos y pone en peligro su bienestar” (Lazarus y Folkman, 1984)

“El estrés es un fenómeno adaptativo de los seres humanos que contribuye, en buena medida, a su supervivencia, a un adecuado rendimiento en sus actividades y a un desempeño eficaz en muchas esferas de la vida” (Peiró, 2005)

Desde la perspectiva de la salud pública la nueva morbimortalidad (enfermedades causantes de la muerte en determinadas poblaciones, espacios y tiempos) está vinculada a los estilos de vida en la que el comportamiento humano juega un papel crucial: consumo de tabaco y alcohol, hábitos de alimentación y de actividad física, afrontamiento del estrés, hábitos de comunicarse y de relacionarse social y sexualmente, hábitos de conducción, modos de resolver problemas y conflictos. El estilo de vida contribuye en un 43% a la reducción de la mortalidad.

La respuesta al estrés es una respuesta de lucha o huida (Walter Cannon, 1932). Se produce una rápida activación del sistema nervioso simpático y endocrino: 

  • incremento de la FC
  • Secreción de catecolaminas
  • Aumento de la PS, de la tasa respiratoria y del nivel de azúcar
  • Aumento del flujo sanguíneo dirigido a los músculos.


FASES DEL ESTRÉS (Selye, 1936)

  • Fase de alarma: cuando nos enfrentamos a una situación nueva o difícil nuestro organismo se prepara para hacer frente a la amenaza produciéndose la respuesta al estrés. Durante esta fase se produce una disminución inicial del nivel de resistencia y la paulatina recuperación del equilibrio a medida que el organismo pone en marcha estrategias defensivas.
  • Fase de resistencia: la persona se mantiene en esta fase mientras dura la estimulación, en continuo estado de activación y a pesar de que aparecen los primeros síntomas de cansancio el organismo sigue respondiendo bien. Cuando la situación estresante cesa, el organismo vuelve a la normalidad como si nada hubiera ocurrido.
  • Fase de agotamiento: si el organismo no tiene éxito en las fases anteriores pasaría a esta fase que llevaría a un debilitamiento progresivo de la capacidad de defensa y resistencia del organismo, aumentando su vulnerabilidad y susceptibilidad general a la enfermedad. 

El estrés termina convirtiéndose en peligroso cuando se presenta con mucha frecuencia, se prolonga desmesuradamente en el tiempo o se concentra en un determinado órgano impidiendo tanto la recuperación funcional como psicológica.

FACTORES ESTRESANTES

Ejemplos de Sucesos Vitales incluidos en la Escala de Reajuste Social y valor estresante de los mismos (Holmes y Rahe, 1967)
SUCESOVALOR
1Muerte del cónyuge100
2Divorcio73
5Muerte de un familiar próximo63
6Padecer una enfermedad53
7Contraer matrimonio50
8Ser despedido del trabajo47
10Jubilación45
12Embarazo40
16Cambio en el estado financiero38
19Disputas conyugales35
20Pedir un crédito importante31
25Logro personal importante28
30Problemas con el jefe23
32Cambio de lugar de residencia20
38Cambio en los hábitos de sueño16
40Cambio en los hábitos de comida15
41Vacaciones13
42Navidades12
43Problemas menores con la ley11

El valor estresante de los acontecimientos depende de cada individuo, en él intervienen tres aspectos importantes:

  • Su carácter positivo o negativo
  • Si se trata de un hecho esperado o inesperado
  • Si la persona cree que lo puede controlar utilizando sus recursos y estrategias o, por el contrario, escapa totalmente a su control.
Ejemplos de sucesos cotidianos potencialmente estresantes (adaptado de Pelechano, Matud y de Miguel, 1994)

Tener invitados a comer o cenar en casaIr vestido(a) de forma inadecuada para la situaciónEngordarHacer gestiones burocráticasSudar mucho y no poder lavarme ni cambiarmeConducirLlamadas telefónicas demasiado largasAtender a mi cuidado y a mi imagen personalPensar qué me voy a poner cada díaEstar viendo casi siempre a las mismas personasPasar sueñoTrabajar demasiadas horas

Las experiencias estresantes a las que nos enfrentamos en nuestra vida diaria tienen un efecto acumulativo que condiciona nuestra salud y estado de ánimo, así como nuestro nivel de eficacia personal y social. Los fastidios diarios explican en mayor medida el bienestar de los individuos que los sucesos vitales.

VALORACIÓN DE LA SITUACIÓN

  • Valoración primaria:
  • Irrelevante: tiene escasa o ninguna implicación para su vida. No afecta a su bienestar personal.
  • Positiva: el individuo percibe que es beneficiosa para sus intereses y favorece la consecución de sus objetivos. 
  • Estresante: exige del individuo una movilización significativa de recursos para no romper su equilibrio y bienestar. Reto o amenaza. 
  • Valoración secundaria:

Posibilidades de que cree disponer el individuo para hacer frente a las demandas de la situación y las previsibles consecuencias asociadas a cada tipo de actuación.

  • Reto: la persona cree disponer de los recursos para afrontar la situación con éxito y está motivada para afrontarla.
  • Amenaza: la persona cree que no tiene recursos para hacerla frente y valora la situación como potencialmente dañina.

RESILIENCIA

Es la capacidad para afrontar la adversidad y lograr adaptarse bien ante las tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés severo. Las personas resilientes poseen tres características principales: 

  1. saben aceptar la realidad tal y como es
  2. tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido
  3. tienen una inquebrantable capacidad para mejorar.

HOMBRES Y MUJERES ANTE EL ESTRÉS

Los hombres y las mujeres acusan el estrés de distinta forma y no reaccionan igual ante él.

¿Qué nos ocurre cuando estamos estresados?

  • Producimos adrenalina: reacciones de “lucha o huida”.
  • Liberamos cortisol: su función es regular el azúcar en sangre. “¡Me he olvidado de almorzar”. El cortisol es esencial para el aprendizaje

¿Por qué las mujeres experimentan el estrés de distinta forma?

Las mujeres tienen más sustancia gris en la parte frontal del cerebro, zona que tiene un papel primordial en el proceso de toma de decisiones y en las respuestas emocionales. Esta parte del cerebro es la que envía los mensajes al hipocampo donde se crean los recuerdos.

El nivel de estrógeno es más alto en las mujeres, éste activa un mayor número de neuronas lo cual significa que las mujeres experimentan los sucesos desagradables con más intensidad y detalle. 

Las mujeres producen más cortisol y durante más tiempo, lo que hace que recuerden mejor estos acontecimientos. 

El estrés en las mujeres produce un incremento en el nivel de oxitocina, lo que la empuja a buscar apoyo social. 

¿Cómo afrontamos el estrés?

Aunque las mujeres acusen más el estrés y tengan una mayor tendencia a sufrir una depresión al estar sometidas a él, en realidad son más resistentes a él que los hombres. 

Las mujeres tienen unos mecanismos distintos para afrontar el estrés. Los hombres se caracterizan por afrontarlo solos y, por eso, los porcentajes de trastornos relacionados con el estrés en ellos son mucho más elevados. Por ejemplo, tienen mayor tendencia a tener la presión alta y a abusar del alcohol y las drogas. La mujer, en cambio, responde al estrés recurriendo a otras personas, sobre todo a otras mujeres. La mujer establece vínculos de amistad, habla de sus problemas y busca ayuda. Esta respuesta típicamente femenina ayuda a la mujer a hacer frente al problema y la protege de los efectos nocivos del estrés. 

La investigación pionera que llevó a este descubrimiento fue realizada por Laura Cousin Klein y Shelley Taylor, de la UCLA. Estas investigadoras observaron que las mujeres estresadas tendían más a acercarse al laboratorio, a limpiarlo y a charlar con otras mujeres; los hombres, en cambio, tendían a recluirse en sí mismos.

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