El trastorno de estrés postraumático (TEPT) engloba un conjunto de síntomas somáticos, cognitivos y conductuales en respuesta a un evento traumático, con una duración de la menos un mes. La persona experimenta o presencia un suceso traumático que implica peligro físico bien para él mismo o para otros y muestra sintomatología clínicamente significativa en tres ámbitos: re-experimentación de síntomas (pesadillas, pensamientos intrusivos, flashbacks), incremento del arousal autonómico (irritabilidad, hipervigilancia) y síntomas de bloqueo o evitación (experiencias disociativas, evitación de lugres y personas relacionadas con el suceso). 

Los recuerdos del suceso traumático son intrusivos porque no son deseados, pero además, impiden prestar atención a cualquier otro asunto. Durante el día se suelen producir recuerdos y durante la noche aparecen pesadillas sobre el suceso produciendo sentimientos de pánico, terror, pena, desesperación, indefensión, etc. en la persona.

Una de las manifestaciones más características de este trastorno es la experimentación de flashback. Los flashbacks suponen revivir la experiencia traumática a través de la intrusión de imágenes vívidas del hecho que hacen perder el contacto con la realidad. 

Los síntomas de evitación son estrategias conductuales, cognitivas o emocionales utilizadas para evitar o mitigar el horror que produce la re-experimentación de síntomas y la hiperactivación psicofisiológica. Las conductas de evitación incluyen esfuerzos por evitar pensamientos, sentimientos, actividades, lugares o personas, relacionadas con el suceso traumático. 

También pueden aparecer síntomas de bloqueo o insensibilidad emocional, se trata de un mecanismo psicológico de defensa que supone una anestesia emocional que impide el sufrimiento de un pánico, terror o dolor insoportable para el individuo cuando se re-experimentan los síntomas y se revive la situación de trauma. En este caso el coste que paga la persona afectada es muy alto pues la anestesia de las emociones relacionadas con el trauma también requiere la anestesia de las emociones positivas necesarias para mantener y disfrutar de una relación íntima. Otros síntomas son un menor interés por participar en actividades sociales, sentimientos de desapego o desinterés por los otros, creencia de no poder tener un futuro normal (llegar a viejo, desarrollar una carrera profesional, casarse, etc.).

Los síntomas de hiperactivación autonómica conforman las manifestaciones más visibles del TEPT. Además de las respuestas autonómicas como el incremento de la frecuencia cardiaca, incremento de la respiración, sudoración excesiva, etc. se incluye la irritabilidad, el insomnio, las respuestas de sorpresa y la hipervigilancia. 

Las terapias de exposición han sido los abordajes terapéuticos que mayor apoyo empírico han recibido de la investigación. Este tratamiento cuenta con el cuerpo más amplio de investigación en apoyo a su efectividad, siendo considerado en los EE.UU. un “programa modelo”.

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