La relación de pareja, si es armoniosa, tiene un claro valor protector y potenciador de la salud. La interacción conflictiva con la pareja produce altos niveles de estrés y puede generar patologías psicosomóticas o de otra naturaleza (hipertensión, dolores de cabeza). Estas patologías podrían verse mantenidas por el estilo de vida conflictivo y el estrés derivado de la interacción.

Cuando hablamos de las causas de los problemas de pareja, en gran medida estos se deben fundamentalmente a problemas de comunicación. No se trata tanto de ausencia de comunicación como de una mala comunicación. 

Dimensiones fundamentales en la relación de pareja:

  • La distribución del poder dentro de la relación está estrechamente relacionada con los roles que se cree que cada uno de los miembros debiera desarrollar. La familia normal-sana ha de tener una estructura de poder clara y simétrica. 
  • Afecto, las familias caracterizadas por un nivel adecuado de expresión de sentimientos y de afectos positivos y negativos promueven el desarrollo de la autoestima y de la propia capacidad asertiva. 
  • Claridad de la comunicación, es decir, claridad con que los mensajes son enviados y recibidos, y la coincidencia existente entre el mensaje enviado y el impacto producido en el otro al recibirlo. Los dobles mensajes y la incongruencia entre el contenido y el cómo se dicen caracterizarían a las familias o parejas mal avenidas. 
  • Apoyo y validación, para que la familia sea funcional se necesitan altos niveles de apoyo y validación de sus miembros, lo cual promueve el respeto mutuo y la comprensión. 

Lo primero que tenemos que conseguir en muchos casos es una atmósfera más positiva que sirva como escenario para provocar cambios más profundos. Los intercambios negativos y los aspectos no deseables de la relación tienden a disminuir cuando empiezan a aumentar los positivos. Estrategias generales para aumentar el intercambio positivo:

  • “Pille a su pareja haciendo algo agradable…”: esta técnica cosiste en hacer que cada uno de los miembros de la pareja registre, de manera puntual, todas aquellas actividades o detalles que el otro ha realizado y que han sido valorados como especialmente positivas para el uno. 
  • “Y ¡hágaselo saber…!”: técnica complementaria a la anterior. Consiste en hacerle ver al otro que hemos captado aquellos detalles que ha tenido hacia nosotros y que se lo agradecemos. 
  • Caja de los deseos: cada uno de los miembros de la pareja escribe en un trozo de papel (de color diferente para ambos miembros), algunos de sus deseos o actividades que le gustaría realizar con el otro. Hecho esto, han de doblar el papel, graparlo e introducirlo en una caja. Cuando cualquiera de los miembros de la pareja quiere complacer al otro lo único que tiene que hacer es ir a la caja de los deseos y coger un papel del color del otro, leer su deseo y ¡cumplirlo!

Estrategias para el manejo de momentos de hostilidad y de mal humor:

  • Ignorar el mal humor del otro: es más fácil si el miembro que ha de ignorar sabe atribuir correctamente el mal humor del otro y sabe imputarlo a causas externas a la pareja.
  • Desarmar al otro con agrados: una buena estrategia es que el miembro que está controlado intente “desarmar al otro” haciendo cosas que sabe le son especialmente gratas. Una buena forma de potenciar su eficacia consiste en saber apoyarse, sobre todo, e la comunicación no verbal.
  • Cambiar el tema de conversación a algo mutuamente placentero
  • Empatía: ser capaz de ver el mundo a través de los ojos de la pareja y expresar nuestra posición de manera empática.
  • Tiempo fuera: consiste en darse uno mismo tiempo suficiente para recapitular sobre la hostilidad del otro, hacer que disminuya su intensidad y expresar nuestros propios sentimientos, posteriormente, de una manera asertiva y ausente de crítica. 

La intervención en terapia de pareja tiene como objetivo la modificación del estilo comunicacional, incluyendo entrenamiento en escucha activa, expresión de sentimientos negativos de manera directa, expresión de sentimientos positivos y habilidades de resolución de problemas. 

La terapia supone que cada uno tiene que hacer cambios en su comportamiento, que es la vía para lograr un progreso interior profundo. El seguimiento y apoyo para esos cambios se hace en sesiones individuales con cada miembro y luego en las sesiones conjuntas se pone en común el avance que se va dando. En ocasiones se da un problema psicológico en alguno de los componentes de la pareja que necesita terapia personal que puede hacer el propio terapeuta u otro psicólogo.

Los cambios son de comportamiento, por lo tanto no se trata solo de hablar, hay que poner en práctica lo necesario para poder convivir y disfrutar uno del otro. Se entrena a la pareja en asertividad, se les enseña a expresar sus sentimientos de manera adecuada y a ponerse en el lugar del otro, intentando comprenderle. Aprender a plantear problemas de forma que se llegue a soluciones yo gano tú ganas y no a discusiones estériles. 

Los datos indican que la gran mayoría de las parejas que acuden a terapia, alrededor del 75%  informan de una mejora en la satisfacción matrimonial. Cuando se llega solamente para que no diga nadie que no se ha probado todo, la efectividad es mucho menor.

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