Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, pasamos una gran parte de nuestro tiempo interactuando con nuestros semejantes. Saber relacionarnos de una manera adecuada juega un papel importante y determina en gran manera aspectos tan importantes como nuestra vida personal y familiar, nuestro futuro profesional y la manera en que disfrutamos de nuestro tiempo libre. Establecer relaciones interpersonales de calidad sirve como amortiguador de muchos golpes propiciados por la vida y como ayuda para una rápida recuperación de muchos trastornos psicológicos.
Según Caballo (1986): «La conducta socialmente habilidosa es ese conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas.»
Las habilidades sociales constituyen un indicador de competencia psicosocial y la inadecuación de las mismas representa un factor de riesgo para la génesis del consumo de sustancias psicoactivas en adolescentes.
El entrenamiento en habilidades sociales está orientado al desarrollo de habilidades nuevas o conductas alternativas a las que posee el sujeto. A las personas se le otorga un papel de agentes activos de cambio, lo que implica la aceptación y compresión por parte de éstas del procedimiento en sí, su intención de cambiar y la participación activa en todas las tareas encomendadas, así como la autoevaluación, control y refuerzo. Estos entrenamientos deben considerarse como procedimientos psicoeducativos de formación, dirigidos tanto, al aprendizaje de habilidades nuevas como al reaprendizaje de conductas existentes pero inadecuadas.
El modelo teórico explicativo del funcionamiento de las HS, se importó de los trabajos realizados en la Psicología Social Industrial, en los que se hizo extensiva la analogía de un modelo ergonómico aplicado al sistema “hombre-máquina”, al sistema social “hombre-hombre”. Según este modelo la interacción social que tiene lugar entre dos o más personas puede representarse como un círculo cerrado, cuyos componentes principales son:
- Percepción: observación por parte de una persona (A) de las señales sociales que provienen de la otra persona (B)
- Traducción: significado que A otorga al gesto de B
- Planificación: búsqueda por parte de A de alternativas de actuación
- Actuación: ejecución por parte de A de la alternativa que considera más adecuada, que a su vez actúa como señal social que B puede percibir, poniendo en marcha los mismos procesos cerrando el circuito de interacción.
A lo largo de este circuito pueden producirse numerosos fallos:
- No darse cuenta de la señal social
- Considerarlo inadecuadamente
- Considerar una única alternativa
- No ejecutar lo que uno cree que debe hacer, pudiéndose deber a varias razones
– no sabe cómo hacerlo
– no está motivado a hacerlo
– le cuesta hacerlo
Cualquiera de estos fallos podría “cortocircuitar” la relación, considerándose como la causa responsable de la actuación incompetente. Una vez identificada la causa se aplicaría la técnica correspondiente para reestablecer de nuevo el circuito.
Se llegó de esta forma a la elaboración de modelos interactivos en los que el énfasis está en tres elementos: la persona, la situación y la interacción entre ambos: persona x situación.
Las principales áreas en las Habilidades Sociales son la Empatía y la Asertividad:
- La EMPATÍA facilita la comunicación y ayuda a mantener y a mejorar la autoestima del otro. La empatía es una actitud que lleva a sintonizar con el sentimiento del otro, implica:
- Meterse en la piel del otro, caminar en sus zapatos
- Ponerse a sí mismo entre paréntesis
- Su objetivo es comprender más al otro y transmitir comprensión
- La ASERTIVIDAD es la forma adecuada de comunicarnos y enfrentarnos a las situaciones sociales, expresando abiertamente nuestras opiniones, deseos y/o sentimientos. Cada persona tiende a un estilo de comportamiento, estos estilos no son fijos, son tendencias, pudiendo una persona adoptar distintos estilos en distintas situaciones. Estos estilos se pueden clasificar en los distintos grupos:
- Estilo Sumiso “Tú eres importante. Yo no soy importante”
No nos atrevemos a defender nuestras opiniones, queremos pasar desapercibidos y no queremos problemas. Los otros abusan de nosotros. Comportamiento verbal vacilante: «Quizá», «Supongo que», «Bueno», «Quizá», «Tal vez», «Bueno … en realidad no es tan importante». Efectos: depresión, desamparo, soledad, tensión, enfado.
- Estilo Agresivo “Yo soy importante. Tú no eres importante”
Consiste en imponer nuestras opiniones a otras personas, sin importamos ni respetar la de aquellos, violentando sus derechos y deseos. Comportamiento verbal impositivo: «Tienes que … «, «No te tolero», «No te consiento». Interrumpe a los demás. Da órdenes. El discurso se resume en: «esto es lo que yo opino y punto. No acepto más sugerencias». Efectos: culpa, frustración, imagen pobre de sí mismo, tensión, herir a los demás.
- Estilo Manipulador “Tú no eres importante. Yo no soy importante”
Se expresa de manera engañosa, sin mostrar sus verdaderos sentimientos, pensamientos y creencias. Ni se presenta a sí mismo como es, ni respeta al otro en lo que es. Es el estilo que peor respeta los derechos de cada uno. Uno es engañado y el otro no aparece como quien es en realidad.
- Estilo Asertivo “Tanto tú como yo somos importantes”
Defendemos nuestras opiniones e ideas, respetando las de las otras personas. No permitimos que violenten nuestros derechos y nosotros tampoco violentamos el de los otros. Es la capacidad de decir «no». Yo gano, tú ganas. Comportamiento verbal firme y directo: «Deseo», «Opino que», «Me estoy sintiendo … «, «¿Qué piensas?», «¿Qué opinas acerca de … ?», «¿ Qué podemos hacer para … ?». En resumen: «esto es lo que yo opino. Me parece bien lo que tú dices y lo respeto, pero sigo prefiriendo lo que yo creo». Efectos: resuelve los problemas, está a gusto con los demás y consigo mismo. Se siente relajado y con control.
Derechos Asertivos
Son aquellos que todos poseemos pero que muchas veces olvidamos.
- Actuar de modo diferente a como los demás desearían que actuase
- Hacer las cosas de manera imperfecta
- Cometer equivocaciones
- Pensar de manera propia y diferente
- Cambiar de opinión
- Aceptar y rechazar críticas o quejas
- Decidir la importancia de las cosas
- No saber algo
- No entender algo
- Formular preguntas
- Hacer peticiones
- Rechazar una petición
- Expresar sentimientos
- Elogiar y recibir elogios