La personalidad está formada por factores temperamentales (determinados por la biología) y caracterológicos (determinados por el ambiente). 

El temperamento se refiere a las influencias innatas, genéticas y constitucionales que influyen sobre la personalidad. Costa y McCrae, 1985, hablan de cinco grandes factores temperamentales de la personalidad (Big Five):

  • Neuroticismo: tendencia al malestar psicológico y a la conducta impulsiva
  • Extraversión: tendencia a implicarse en situaciones sociales y a sentir alegría y optimismo
  • Apertura a la experiencia: curiosidad, receptividad a nuevas ideas y expresividad emocional
  • Amabilidad: grado en que se muestra compasión y hostilidad hacia los demás
  • Responsabilidad: grado de organización y compromiso con los objetivos personales

El carácter se refiere a factores psicosociales aprendidos, buena parte del carácter se forma a lo largo de la experiencia y del proceso de socialización. Los esquemas se encontrarían dentro del concepto de carácter al ser algo aprendido generalmente durante la infancia. El carácter, incluyendo los esquemas, reflejaría la dimensión psicológica de la personalidad. 

La personalidad es un patrón de pensamientos, sentimientos y conductas característicos que distingue a las personas entre sí y que persiste a lo largo del tiempo y a través de las situaciones. Los rasgos de personalidad son patrones persistentes de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo, que se manifiestan en una amplia gama de contextos sociales y personales, sólo cuando dichos rasgos son inflexibles y desadaptativos, causando un malestar psicológico o un deterioro en el funcionamiento de la persona, pueden considerarse como trastornos de la personalidad. 

Los trastornos de la personalidad empiezan temprano y duran prácticamente toda la vida, lo que sugiere que tanto los aspectos genéticos como las primeras experiencias en la familia son importantes a la hora de considerar la causa de los mismos. Los factores ambientales, especialmente el ambiente familiar, en interacción con las influencias genéticas, constituyen el inicio y desarrollo de los trastornos de personalidad. 

La farmacología no ha demostrado ser un tratamiento eficaz para este tipo de trastornos. Las técnicas que han resultado eficaces para tratar los trastornos de la personalidad son el entrenamiento en relajación, procedimientos que utilizan la imaginación, el modelado, la economía de fichas o el entrenamiento en habilidades sociales. 

TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD

Las personas con un estilo paranoide de personalidad poseen una sensibilidad excepcional para captar todos los detalles del ambiente en el que se desenvuelven. Tienen un sexto sentido para advertir mensajes ocultos e intenciones confusas de los demás no apreciadas por ningún otro observador. Son muy hábiles a la hora de descifrar mensajes procedentes de la comunicación no verbal. Suelen estar implicadas en la defensa de los derechos civiles de los más débiles y luchan por la libertad. Con la gente que quieren son muy leales y pueden llegar a ser excesivamente protectoras, advirtiéndoles de los peligros y haciéndoles desconfiar de los demás. Necesitan sentir que controlan todo y emplean mucho tiempo en consolidar sus relaciones con otras personas. Lo que más les hiere es el desengaño, viven la pérdida como una traición personal tanto en el terreno laboral como en el sentimental. Sin embargo, su gran autonomía hace que se recuperen rápidamente. A pesar de que odian que les recuerden sus defectos, no tienen ningún reparo en atacar a los demás, recordándoles lo que hacen mal. Son individuos a los que es difícil engañar, diplomáticos y buenos observadores, características muy valoradas en el ámbito laboral. Son muy hábiles para captar la estructura de poder en su trabajo, lo que les hace mantener buenas relaciones laborales. Son posesivos y muy celosos. La pareja ideal es una persona fiel y conciliadora, que no les suponga ninguna amenaza.

TRASTORNO ESQUIZOIDE DE LA PERSONALIDAD

Los individuos con un estilo esquizoide de la personalidad son fundamentalmente sujetos asociales que no necesitan a nadie más que a sí mismos. Son independientes de los demás, a los que consideran como “reemplazables”. Su soledad es producto de su propia elección, ya que donde se encuentran realmente a gusto es en su interior. Estas personas son poco emotivas y no intimidan en sus relaciones con los demás. Sin embargo, tienen una gran claridad para observar lo que ocurre a su alrededor. No generan vínculos emocionales por lo que es poco probable que formen una pareja o una relación estrecha de amistad. 

Estas personas no se cansan de estar solas ni se aburren y no entienden que los demás necesiten la compañía de otros para encontrar la felicidad. Al no dejarse llevar por lo sentimientos son capaces de hacer juicios mucho más objetivos. Estas personas carecen de emotividad, por ello no expresan sus sentimientos. Insistirles en que expresen sus sentimientos les genera mucha tensión y hace que se encierren más en sí mismas. El/La mejor compañero/a para un estilo esquizoide es una persona poco exigente en el plano emocional. 

TRASTORNO ESQUIZOTÍPICO DE LA PERSONALIDAD

Las personas con estilo esquizotípico de la personalidad se sienten atraídas por lo extrasensorial, lo místico, lo oculto. Les gustan las nuevas experiencias y dan interpretaciones diferentes a los sucesos convencionales. Son originales y destacan bien por sus genialidades o por sus excentricidades. 

En este tipo de personas la autoestima no depende de la aprobación de los demás sino de sus propias convicciones. A los ojos de los demás sus hábitos son extraños, no sabrían llevar una vida convencional. No se apoyan en datos objetivos, lo que puede llevarles a la incertidumbre y a la confusión en algún momento de sus vidas, esto hace que puedan envidiar la coherencia con la que vive la mayoría de la gente. Dan mucha importancia a sus pensamientos y sus sentimientos, buscan vivir nuevas experiencias emocionales y espirituales que les proporcionen un mayor conocimiento sobre su interior. Son personas con un bajo autocontrol, que no siguen los convencionalismos sociales. Prefieren la libertad a lo material, los puestos de trabajo más adecuados para ellas son los de tipo creativo. Necesitan una pareja que tolere sus excentricidades, que les deje ser como son, que les cuiden y actúen como unión entre ellos y el mundo. 

TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD

Las personas con un estilo antisocial viven al límite y su reto es llegar a donde nadie se ha atrevido a ir nunca. Son extravertidas y están continuamente ansiosas por experimentar emociones y desafíos extremos en cualquier ámbito de sus vidas. Son personas con una gran confianza en sí mismas que no necesitan la aprobación de los demás.

Los sujetos con un estilo antisocial consideran el miedo como algo emocionante. No planifican ni anticipan, simplemente se enfrentan a las situaciones según van surgiendo. Son optimistas y tienen  muy poco autocontrol, esto puede llevarlos a tener problemas económicos, de consumo de drogas, e incluso físicos, debido a accidentes o a enfermedades de transmisión sexual. Son personas muy transparentes que expresan abiertamente sus sentimientos. Les encanta saltarse las normas, no son nada convencionales. Buenos compañeros y amantes, buscan en sus relaciones placer y emoción por lo que suelen terminar cansándose. Necesitan a su lado personas que les den mucho a cambio de poco. Consideran que cada uno es responsable de sí mismo y no se preocupan demasiado por los sentimientos de los demás.

TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD

Las personas con un estilo límite viven todas las situaciones con la mayor intensidad. Tan pronto la vida es maravillosa como no vale la pena, tan pronto admiran a su pareja como al minuto la odian. Este estilo de personalidad se caracteriza por la inestabilidad de sus emociones y por la intensidad de las mismas. Buscan incesantemente nuevas experiencias con la finalidad de ocupar el vacío existencial que les ahoga. 

Las dicotomías son una constante en todos los ámbitos de la vida de estas personas (fuego-hielo). Las personas con este estilo de personalidad pueden amar como el que más y también odiar como el que más. Sus relaciones emocionales suelen fluctuar y ser efímeras. Al comienzo de una relación, amorosa, amistosa o familiar, se entregan por completo; sin embargo, a medida que avanza la relación el límite va acortando distancias hasta tal punto de llegar a asfixiar a la otra persona. Pretenden llenar su mundo con el otro. Son personas capaces de tener a su lado gente que les aprecia, si bien ellas no son capaces de detectar el cariño que les procesan por lo que necesitan continuamente demostraciones de afecto. 

TRASTORNO HISTRIÓNICO DE LA PERSONALIDAD

Las personas con un estilo histriónico necesitan la atención de los demás, buscando constantemente el halago, los cumplidos y las alabanzas. La vida es un escenario y ellas son las protagonistas. Son personas extremadamente emotivas. Su sentido de la belleza, su sensualidad y sentido del humor se encargan de levantar el ánimo a quienes les rodean. La tendencia a exteriorizar sus sentimientos y la vitalidad que irradian son cualidades positivas que hacen ser a estas personas el centro de atención en muchas situaciones sociales. 

Su búsqueda constante de situaciones emocionantes les hace escapar de conversaciones acerca de temas serios, de la planificación y la rutina. Su ambiente ideal son situaciones sociales donde poder sentirse el alma de la fiesta, ganarse amigos e influir sobre los demás. 

TRASTORNO NARCISISTA DE LA PERSONALIDAD

Las personas con un estilo narcisista saben lo que quieren y cómo conseguirlo. Son hábiles para conquistar a los que tienen a su alrededor. Se caracterizan por una gran ambición, llegando a convertir sus sueños en realidad, como conseguir una buena imagen social y un puesto de poder que les haga ser personas importantes y llenas de méritos. Son seguros de sí mismos y motivan a los demás, a quienes suelen dirigir dado su carácter emprendedor y de liderazgo. Poseen una autoestima y un amor propio elevados, potenciando lo que saben son sus puntos fuertes y negando sus defectos. La fase que mejor los define es “quiero ser el número uno”. Son extravertidos y muy competitivos, capaces de planificar, establecer metas y prioridades, tomar decisiones y delegar responsabilidades. No les gusta compartir los méritos, llevan a cabo políticas de acción para conseguir altos cargos, en muchas ocasiones a costa de otros a los que utilizan para alcanzar fines valiosos. Son amables con aquellos de los que pueden obtener algún beneficio y también con aquellos de sus subordinados que les son leales, brindándoles incluso su apoyo. Necesitan ser admirados por los demás, dejarse querer y sentirse necesitados; de ahí que se les vea siempre rodeados de gente sobre los que influye y los cuales se dejan embaucar por su carisma. Sin embargo, no son generosos en el amor ni aman de manera desinteresada. No son empáticos y les cuesta darse cuenta de que quizá el ser querido tenga necesidades diferentes a las suyas. El rechazo por parte de los demás es algo insoportable para un narcisista. 

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD POR EVITACIÓN

Este estilo de personalidad está caracterizado por el temor al rechazo y a la humillación. Las personas evitativas desean relacionarse con los demás, se encuentran francamente a gusto cuando están en compañía de personas cercanas a las que quieren y les quieren. En el fondo son seres muy sociales con grandes necesidades de filiación. Sin embargo, un observador externo lo que vería sería un individuo solitario, que evita las fiestas, las citas con los iguales, tanto de su mismo sexo como del opuesto, y las situaciones sociales en general. Les gustaría tener más amigos y más vida social pero su temor al rechazo y a la humillación se lo impide, en este caso, querer no es poder.

El ámbito familiar es donde las personas con estilo evitador se sienten más cómodas. Son cautelosos en situaciones novedosas, evitan la ambigüedad y prefieren conocer bien las expectativas del otro, mostrándose cautos con aquellos que no conocen. Poseen una gran imaginación que expresan frecuentemente a través del arte y de la literatura. Crean vínculos fuertes con la familia y con algunos amigos con los que se muestran fieles, sacrificados y cariñosos. En el plano sentimental, cuando consiguen una pareja es común que sea para toda la vida. 

TRASTORNO DE PERSONALIDAD POR DEPENDENCIA

Se trata de personas que no son capaces de tomar decisiones por sí mismas. Necesitan a otros en quienes confiar y a quienes pedir consejo. Viven dependiendo de los demás para tomar cualquier decisión, para trabajar, para divertirse, para ilusionarse.  Sus vidas sólo tienen sentido cuando hay personas que las llenan, que les ilusionan, que se preocupan por ellos. Viven en función de los demás, en función de su jefe, de su pareja. Están pendientes de las necesidades de las personas a las que quieren, se anticipan a sus deseos, no buscan más que el bienestar y la felicidad de ellas. En sus relaciones sociales buscan la armonía, fomentando los buenos sentimientos entre las personas. No les gustan las peleas ni las discusiones y procuran apaciguar el ambiente cuando se producen esas situaciones. No soportan estar solos, sin nadie a su alrededor. Necesitan tener a alguien que cuide de ellos y les proteja. 

Estas personas viven para hacer felices a quienes consideran importantes en sus vidas, especialmente a sus parejas. Atentos a los sentimientos o necesidades del otro, anteponen la felicidad de los demás a la suya propia. Se anticipan a las necesidades de los demás intentando complacerles, aunque para ello tengan que sacrificarse. Tienden a buscar parejas dominantes, dejando que sean ellos los que tomen las decisiones; este tipo de relaciones funcionan mientras la otra persona no se aproveche de este estilo servicial. Se sienten responsables de aquello que no funciona en su relación de pareja, intentando solucionar los problemas complaciendo aún más al otro; tanta sumisión puede cansar a la otra persona. 

TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO DE LA PERSONALIDAD

Las personas con un estilo obsesivo-compulsivo de la personalidad son perfeccionistas, minuciosas, organizadas y competentes, cualidades altamente valoradas en el entorno laboral que ayudan a los individuos a progresar rápidamente en su trabajo. Estas personas tienen fuertes valores que dirigen muchas de sus acciones y frecuentemente creen hacer lo correcto. Defienden principios morales, éticos, comunitarios. Puede ser el ecologista anticontaminación, el vecino antirruido, el conductor que respeta y hace respetar las normas de tráfico. 

El estilo de personalidad obsesivo-compulsivo parece ser más frecuente en sociedades desarrolladas como la nuestra, caracterizadas por una vida organizada y disciplinada y donde aquellas personas que intentan ocupar un lugar importante en la sociedad se verán favorecidas por características tales como la eficiencia, la puntualidad, la perseverancia, el trabajo duro y la meticulosidad. Son personas muy disciplinadas, se rigen por el intelecto y no por las emociones, son reservadas y poco efusivas afectivamente. Suelen ser buenos/as compañeros/as, siendo fieles, responsables y cuidando bien a sus cónyuges, aunque lo hacen de manera poco romántica y manifiestan poco sus emociones. 

TRASTORNO PASIVO-AGRESIVO DE LA PERSONALIDAD

Las personas con este estilo de personalidad cumplen con sus obligaciones y dedican el resto del tiempo a buscar la felicidad y las comodidades a las que creen tener derecho. No son personas que se sometan ante nada ni nadie ni van a permitir que sus valores sean modificados por los demás. Son sujetos independientes y prefieren moverse bajo sus propios criterios, limitándose a hacer lo que les toca sin emplear más tiempo y esfuerzo en ello. 

Son sujetos cómodos, no hacen nada para agradar a sus superiores ni para sobresalir entre sus compañeros. Evitan caer en la ansiedad inútil y no se ponen nerviosos por terminar las tareas a no ser que lo consideren estrictamente necesario. Sienten recelo hacia sus superiores y creen que su jefe va a intentar pedirles más de lo que están dispuestos a dar. El dinero les refuerza menos que el tiempo libre. 

Estos individuos necesitan un compañero que sea conformista, generoso y que no tenga en cuenta el hecho de que su pareja no se va a esforzar por satisfacer sus necesidades. A este tipo de personas les gusta sentirse queridos y que sean sus compañeros los que se ocupen de las tareas. 

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Leyenda:

  1. Paranoide: ¡Arrinconado otra vez!
  2. Narcisista: El coche más grande y más lujoso
  3. Dependiente: Necesita a los otros coches para sentirse protegido
  4. Pasivo-agresivo: Estaciona en oblicuo para ocupar dos espacios
  5. Límite: Golpea el coche de su examante
  6. Antisocial: Obstaculiza a los otros coches
  7. Histriónico: Aparca en el centro para darle un efecto escénico
  8. Obsesivo: Alineamiento perfecto en su plaza de estacionamiento
  9. Evitativo: Se esconde en la esquina
  10. Esquizoide: No puede tolerar la cercanía de otros coches
  11. Esquizotípico: Estacionamiento intergaláctico

Figura 1.  Cómo estacionan los distintos trastornos de personalidad

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